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SECRETOS DE CENOTES MAYAS

14.08.2010 23:04

 

Llegarán al Templo Mayor secretos de cenotes mayas
El museo del sitio recibirá piezas, que datan de hace 15 mil años, provenientes de las cavernas ubicadas en Quintana Roo, Campeche, Yucatán, Chiapas y Tabasco

   
   
   
 
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Notimex
El Universal
Ciudad de México Jueves 16 de octubre de 2008
15:54 Por primera vez, el Museo del Templo Mayor (MTM) albergará más de un centenar de piezas procedentes de cavernas ubicadas en los estados de Quintana Roo, Campeche, Yucatán, Chiapas y Tabasco, en la exposición Umbrales sagrados, portales mágicos. Cuevas y cenotes mayas, a inaugurar esta noche.

Se trata de una muestra integrada por 200 piezas, entre enseres rituales y ornamentos prehispánicos, que fueron recuperadas mediante exploraciones arqueológicas en diversas cuevas de Xcaret (Quintana Roo), Cenote Sagrado de Chichén Itzá y las grutas de Balamkanché y de Chaac (Yucatán), así como en las cuevas de la Sierra Tapijulapa (Tacotalpa, Tabasco), entre otras.

En rueda de prensa, Luis Alberto Martos, Director del Estudios Arqueológicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), destacó que se tratan de piezas provenientes de hace 15 o 20 mil años hasta el siglo XIX.

"Son piezas paleontológicas, como los restos de la mujer más antigua de América, que fue la mujer de Najaron, que se encontró en un cenote en Quintana Roo", dijo.

Añadió que también serán exhibidos materiales de la cultura Maya del Preclásico Superior, así como piezas de la época colonial, "como una serie de rifles de la época de la Guerra de Castas, recuperados en un cenote de Yucatán".

Comentó que entre la colección se encuentran diversos objetos cerámicos, como vasijas, ollas globulares, incensarios antropomorfos, portaincensarios, braseros, urnas, sahumadores y cántaros, entre otros.

Además de orejeras, vasos en alabastro, metates en piedra; cuentas, pendientes y sartales en piedra verde; orejeras y cascabeles en cobre, así como una máscara con incrustaciones de piedra y concha.

También, se cuentan utensilios coloniales y sobresalen restos óseos animales pertenecientes al Pleistoceno, descubiertos en sitios como la Gruta de Loltún, en Yucatán, y el cenote Nai Tucha, en Quintana Roo.

Dijo que para los antiguos mayas el ts`ono`ot o d`zonot (caverna con depósito de agua), mejor conocido como cenote, representó fuente primordial de líquido y de vida.

En las orillas de éstos se ubicaban templos en los que se realizaban ritos asociados con la lluvia y la fertilidad, y a sus aguas sagradas se arrojaban diversos objetos y también la máxima ofrenda que podía hacerse a los dioses: la vida humana, destacó el especialista.

Se refirió a las cuevas y cenotes como "ventanas" arqueológicas e históricas, de ahí que en la muestra se explicarán las diversas actividades, tanto domésticas como rituales, que los antiguos mayas llevaron a cabo en estos sitios.

También se le dará a conocer la forma en la que luego de consumada la Conquista continuó su aprovechamiento para la obtención de agua y de materiales constructivos.

Recordó que durante la Guerra de Castas, en el siglo XIX, las cuevas se convirtieron en refugio para los mayas rebeldes. Los cenotes, por ejemplo, sirvieron de escondite o para poner el armamento lejos del alcance del enemigo.

Además, el visitante a la exhibición, abundó, comprenderá el arduo trabajo que implica la exploración arqueológica en estos pasajes prácticamente ignotos, dijo.

En ese sentido, subrayó que se requiere de una preparación especial por parte del investigador, así como del uso de técnicas de espeleología y espeleobuceo, lo mismo que métodos particulares de registro.

La exposición que será abierta al público este viernes está estructurada en cinco secciones: Introducción, Cuevas y cenotes como ventanas paleontológicas, Cuevas y cenotes como ventanas arqueológicas, Cuevas y cenotes como ventanas históricas y Técnicas para el registro arqueológico en cuevas y cenotes.

Martos destacó que en la actualidad los cenotes siguen siendo centros de veneración y culto, pues su don principal, el agua, es aún un elemento fundamental para las comunidades que habitan la región.

En ellos se han localizado gran cantidad de objetos de excelente manufactura, que confirman la importancia concedida a sus aguas como medio de comunicación con las divinidades.

Las cuevas y las fuentes de agua, subrayó, eran pasos simbólicos entre el plano terrestre y el subterráneo. De ahí su relación con el mundo de los muertos, llamado Xibalba, pero al mismo tiempo su asociación con la fertilidad.

Precisó que Cuevas y cenotes mayas pretende mostrar esta otra faceta del patrimonio arqueológico mexicano, actualmente expuesto a la destrucción y al saqueo.

Indicó que la abundancia de estas formaciones permitió que los mayas no sólo desarrollaran un concepto de inframundo, sino que interactuarán con un espacio físico real, de tal modo que se adentraron, familiarizaron y utilizaron ese mundo subterráneo.

Por otra parte, Carlos Javier González González, director del Museo del Templo Mayor, anunció que con el fin de detectar los colores originales alojados en los huecos y porosidades de la Diosa Coyolxauhqui, se pondrá en marcha un sistema de proyección digital.

Dicho sistema permitirá a los visitantes contemplar a la deidad lunar con su policromía original.

Cabe destacar que la recreación cromática se logra mediante un programa de computación que permite dirigir áreas de color en secuencia hacia los diferentes elementos que integran la escultura, así como aproximar los tonos de los pigmentos originales.

La proyección es reflejada por un espejo, de manera que la luz no incide directamente sobre la pieza y por lo tanto no le produce daño alguno. Asimismo, la tonalidad de los colores observados puede variar en función de las condiciones lumínicas naturales.


cvtp

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