PLAYA DEL CARMEN, QUINTANA ROO (26/NOV/2010).- Al participar en el Seminario Fibecyt, Perspectivas de la Ciencia y la Tecnología para América Latina, el titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Juan Carlos Romero Hicks, dio un repaso de la situación del país respecto al quehacer científico, la cual, a pesar de contar con recursos insuficientes, ha podido obtener logros importantes.

Entre los principales resultados, destacó que su gestión continuó con la tendencia para continuar con un programa robusto en becas e incrementar los miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), programa que reconoce y procura por la calidad de los científicos. “En el tema de capital humano hemos pasado de 22 mil a 31 mil 632 becarios, al tiempo que el SNI aumentó de 13 mil a 16 mil investigadores miembros en fechas recientes”.

Otro dato relevante para el funcionario, es que a principios de la década 20 por ciento de inversión en ciencia y tecnología correspondía al sector productivo, y al día de hoy ese porcentaje prácticamente se duplicó. Un punto relevante al respecto es que de de las mil 500 empresas participantes en los Programas de Innovación, los cuales se encargan de promover el desarrollo tecnológico y la vinculación de la industria con las universidades, la gran mayoría corresponden a pequeñas y medianas empresas.

En ese sentido, apuntó que durante 2011 se apoyarán seis Unidades de Vinculación en las que estarán colaborando universidades públicas federales, estatales y algunos centros públicos de investigación con el propósito de mejorar la transferencia del conocimiento generado hacia el sector productivo.

En cuanto a los principales retos científicos del país, Romero Hicks enfatizó que el rubro de infraestructura es uno de los que más preocupa, y fue materia de discusión presupuestal. “Podemos comentar que por primera vez en 40 años hay una partida específica para el tema, con lo que será posible potenciar laboratorios y equipos. Por lo que respecta al Conacyt, se van a destinar 600 millones de pesos, pero otras Secretarías también deben invertir una cifra considerable“, señaló.

De hecho, adelantó que el proyecto transexenal más importante en materia científica nacional, el Gran Telescopio Milimétrico, será inaugurado en breve, después de pasar por cuatro diferentes administraciones federales, tras una inversión mayor de mil 500 millones de pesos.

Finalmente, al hacer referencia al presupuesto destinado a las actividades científico-tecnológicas del próximo año, el titular del Conacyt reconoció que no es suficiente, pero frente al aumento de 4.5 por ciento que dan a esta institución puede considerarse que “existe una voluntad de ir mejorando”.
 
Por su parte, doctor Jorge Flores Valdés, coordinador general del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República (CCC), calificó de “mediocre” y poco progresista al presupuesto aprobado en la materia por parte de los diputados federales, que considera destinar al Conacyt 17 mil 590 millones 939 mil 35 pesos para su ejercicio en 2011.

El funcionario consideró que no hay la suficiente convicción por parte de los líderes políticos para mejorar la situación del desarrollo e investigación basada en el conocimiento.

En clara alusión al eslogan gubernamental, Flores Valdés refirió que la clase política debe entender que “sin ciencia, tecnología e innovación no es posible vivir mejor”, y que tanto científicos y tecnólogos ya han demostrado la aportación que hacen al país con la infraestructura, agroalimentación, medicina y otros aspectos desarrollados. A pesar de toda evidencia, “no se convencen de que el país está condenado al fracaso de continuar con la tendencia de poca inversión”, puntualizó el titular del CCC.

También expuso que no obstante el limitado apoyo al sistema científico nacional, hace cuatro décadas el país contaba con sólo cien doctores y 40 millones de habitantes. Sin embargo, en la actualidad suman 17 mil los miembros del Sistema Nacional de Investigadores, lo que significa que se ha multiplicado en forma exponencial la generación de recursos humanos especializados.

Otro punto que resaltó Flores Valdés fue la continua fuga de cerebros que aún reporta el país, contrario a los esfuerzos por repatriar y mantener el talento nacional.

Bajo ese horizonte, el también ex director del Instituto de Física de la UNAM hizo notar que si bien en la década de 1970, la ciencia mexicana transitaba en una etapa de consolidación, los investigadores no consideraban otros países para desarrollarse profesionalmente. Mas la situación actual es complicada, debido a la carencia de plazas a investigadores, otra situación que no es planteada por el presupuesto para 2011. “No puedo decir con precisión, pero al menos en el caso de la física he oído cifras del orden de uno entre dos los investigadores que deciden marcharse del país”, concluyó.

Con información de la Agencia ID