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FÓSILES EN CENOTES DE QUINTANA ROO. Tomado de: Suplemento de El Mundo.

22.01.2011 23:19

 AIRE LIBRE / EXPLORACIÓN

Misteriosos cenotes

Un equipo bucea en los pozos sagrados mayas de Yucatán

 CHANO MONTELONGO | QUINTANA ROO (MÉXICO)

 

En un planeta que vive bajo la amenaza de la sobreexplotación, pocos rincones quedan aún realmente vírgenes y ajenos a la presión humana. Algunos de esos escasos lugares inexplorados del planeta discurren bajo el terreno poroso y kárstico de la selva yucateca, en México, donde existe un entramado de laberínticos túneles por los que corren ríos de agua dulce, conocidos como cenotes, que hoy suponen el mayor recurso de agua potable de esta extensa región. A pesar de la importancia científica que poseen estas interminables cuevas submarinas, sólo queda un puñado de aventureros y exploradores que sigue insistiendo en desafiar los innumerables problemas y peligros que suponen las prospecciones de estos ríos que recorren el subsuelo como si fueran las venas del Yucatán.

Estos cenotes -término que proviene de la palabra maya 'dzonot' que significa 'pozo de agua'- formaron parte importante de esta antigua civilización. Eran considerados el canal de comunicación entre el mundo terrestre y el inframundo, con lo cual tenían carácter sagrado. Sin embargo, el significado de los cenotes como ventanas abiertas al conocimiento de la biodiversidad subterránea de los terrenos kársticos sólo ha adquirido verdadera importancia en los últimos tiempos.

La inusual hidrología de la Península de Yucatán comprende más de 500 kilómetros de ríos subterráneos. En la actualidad se han localizado cerca de 1.000 cenotes, aunque se cree que la cifra total puede ascender a 4.000. Este enorme sistema cavernario conecta centenares de estos pozos y desemboca en el Caribe. Muchos de estos túneles atraviesan por el subsuelo la plataforma de aguas poco profundas del litoral y terminan en el Sistema Arrecifal Mesoamericano, conocido como la Gran Barrera Maya, la segunda más larga del mundo. La contaminación de uno de estos pozos no sólo afectaría a los numerosos ecosistemas terrestres del Yucatán, sino también al arrecife coralino.

En México, buzos y científicos han unido sus fuerzas para trabajar en equipo: los espeleobuceadores se encargan de explorar, mapear, fotografiar y recoger muestras de los cenotes y los hidrólogos, arqueólogos y biólogos analizan y dan sentido a todos estos datos.

EXPEDICIÓN ESPAÑOLA

El pasado mes de junio, el equipo español 'Nautilo', integrado por buceadores, naturalistas y miembros de la Sociedad Geográfica Española, junto a expertos espeleobuceadores locales, encabezados por el mexicano Pepe Esteban, realizaron una de las más grandes expediciones al interior de la selva de los últimos años en Quintana Roo, la 'Expedición Kaxan Mukul', cuyo objetivo era explorar por primera vez, tras su descubrimiento -en febrero de 2004-, el Cenote Pedrín, uno de los últimos 'vírgenes' conocidos de Yucatán. Este tipo de prospecciones suelen estar coordinadas por el Centro de Investigación del Sistema de Acuíferos de Quintana Roo (CINDAQ), cuyo cometido es englobar todos los datos que aportan las exploraciones de estas áreas de desarrollo kárstico para catalogar la calidad de sus aguas. Se trata de determinar las posibles fuentes de contaminación de estos enormes pozos naturales, indispensables no sólo para la supervivencia de la población asentada en el Yucatán, sino para la buena conservación de los numerosos ecosistemas terrestres que riegan estas aguas, muy amenazadas en la actualidad por el crecimiento del desarrollo turístico y urbanístico en la Riviera Maya.

El Cenote Pedrín se localiza en el ejido de Jacinto Pat, a unos 10 kilómetros de la localidad de Coba. La 'Expedición Kaxan Mukul', patrocinada por Max Viajes y Corona, utilizó un equipo de 15 personas, entre buzos, guías y porteadores mayas, y seis vehículos, entre los que se incluyeron dos enormes 'quads' que ayudaron a transportar pesado equipo técnico y logístico.

Los cenotes se forman cuando se derrumba el techo de las cavidades subterráneas que se habían creado debido a la disolución del carbonato cálcico de la roca madre. La boca del Pedrín nace en una pared de roca que parece haber sufrido un perfecto corte transversal. La caverna inicial presenta una laguna alargada de unos 20 metros de largo por unos ocho de ancho, cuyos techos presentan concreciones (formaciones geológicas) en forma de estalactitas, entre las cuales descansan numerosos murciélagos zapoteros.

El interior del Cenote Pedrín es imponente. Los techos y suelos están salpicados de columnas retorcidas, estalactitas y estalagmitas. Estas concreciones se formaron cuando, tiempo atrás, las cuevas no estaban inundadas. Por las fisuras de las rocas, por milimétricas que sean, corre el agua proveniente del exterior y que contiene numerosas sales disueltas, entre ellas el bicarbonato cálcico. Cuando la solución acuosa entra en contacto con la atmósfera de la cueva se produce una reacción química que, gracias a la pérdida del anhídrido carbónico, convierte el bicarbonato de calcio en carbonato de calcio. Mientras la primera es una sal soluble, la segunda no lo es y, por tanto, se precipita como sólido y se forman las estalactitas y estalagmitas. En el inicio del Terciario (hace 65 millones de años) estas cuevas se inundaron de agua dando paso a estos ríos subterráneos. En el interior de ellas es habitual encontrar numerosos fósiles que datan de esta época.

En cuanto a la fauna, en cenotes como el Pedrín habita una gran cantidad de especies. Por el relativo aislamiento de estos cuerpos de agua, su historia geológica y sus características geográficas, muchos de los organismos que viven aquí son endémicos. Se pueden encontrar esponjas, bivalvos, crustáceos y peces, entre los que se encuentran peces ciegos, como la 'damablanca', que vive en las zonas de oscuridad permanente y está en peligro de extinción. Éstos son ecosistemas muy frágiles que están expuestos a muchos peligros, casi todos procedentes del entorno del hombre como la contaminación y la devastación de la vegetación.

 

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METEORITO

 

Esta región de la Península de Yucatán se encuentra dentro de la zona de influencia del cráter de Chicxulub, donde hace 65 millones de años, al final del Cretácico, un enorme meteorito de más de 10 kilómetros de diámetro se estrelló contra la Tierra. Las teorías científicas apuntan a que este impacto pudo provocar la extinción de los dinosaurios en el planeta. El choque, de una violencia inaudita, arrasó regiones enteras creando un inmenso maremoto y proyectando a la atmósfera suficiente cantidad de polvo como para oscurecer el sol durante meses. Incapaces de vivir sin él, muchas plantas murieron, seguidas por los herbívoros y, después, los carnívoros.

 

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EL RÉCORD

 

El sistema de cuevas más largo del mundo es el Hol Bex Ha que alcanza los 134 kilómetros. Sin embargo, la certificación de Récord Guinness lo tiene el sistema Nohoch Nah Chich con 84. El Cenote Pedrín podría pertenecer a este sistema y, por tanto, aumentar esta cifra.

 

 

       

 

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