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EPÍLOGO. ( IDENTIDAD MAYA)

14.08.2010 20:50

 Epilogo

 (IDENTIDAD MAYA)

Después de la Revolución mexicana de 1910-1920 se comenzó a definir una nueva forma de inserción de la población maya en la sociedad regional y nacional. Esta inserción esta marcada, todavía, por la integración que patrocina el Estado y por una recomposición de la identidad étnica. Mediante las dotaciones ejidales que trajo a reforma agraria, la educación pública y el desarrollo de las comunicaciones, se promovió una ideología de unidad nacional acompañada del desarrollo industrial y urbano. De inmediato las crecientes relaciones económicas con la región y la escuela gratuita obligaron a los indígenas a emplear, cada vez más, el idioma español en detrimento del uso de la lengua nativa, pero ello sólo modificó el gran peso que había desempeñado la lengua maya en la preservación de la cultura y de la identidad de las comunidades. La respuesta fue el bilingüismo, ya que en el interior de la familia y del pueblo aún se habla el maya y en el exterior se utiliza la otra lengua. De todas maneras, los tiempos de la revolución trajeron a la península de Yucatán serias transformaciones políticas y sociales enmarcadas en el ideal de la justicia social. Entre 1915 y 1940, con el apoyo del general Salvador Alvarado, de Felipe Carrillo Puerto y del Partido Socialista del Sureste, así como con el patrocinio del régimen presidencial de Lázaro Cárdenas, los peones de las haciendas lograron liberarse del endeudamiento y el acasillamiento; la mayoría de las comunidades indígenas y mestizas lograron dotaciones de tierra para fundar ejidos colectivos o parcelados, que desgraciadamente quedaron bajo la tutoría del Estado.

    Hoy, cinco siglos después del primer contacto con los españoles, todavía se pueden identificar los reductos de la identidad maya en diversas esferas de la actividad independiente de sus integrantes. Es de especial importancia en este sentido, la permanencia del cristianismo maya, que integra sincréticamente el empleo de la ortodoxia católica, la religiosidad popular en torno a los gremios y de las fiestas patronales y los rituales de tradición prehispánica

    Otro reducto lo constituye la tradición oral, que explica su pasado y su lugar en el mundo actual, mediante historias, leyendas y mitos como el Uay Pop, X-Juan Tul y los aluxes, así como la lectura de libros antiguos, que permiten a los mayas actuales recrear la historia que no ha podido escribirse. Asimismo, la persistencia del cultivo de la milpa y el uso racional de los montes de la comunidad son parte de la identidad del pueblo maya yucateco. Los complejos conocimientos tecnológicos y rituales para el cultivo de la milpa se mantienen en la mayor parte de las comunidades. Hay que destacar la continuidad del reconocimiento a sus hombres principales: h-menoob, autoridades ejidales y diputados o cargadores de los gremios patronales. Por último, el uso de la lengua maya se mantiene como resguardo vital para los rituales tradicionales y para la explicación del entorno inmediato.

    Muchos de los actuales pueblos, ejidos y municipios de la península deben ser considerados como asentamientos mayas que lograron sobrevivir a las políticas de integración patrocinadas por el Estado nacional. Los mayas yucatecos contemporáneos mantienen fuertes reductos de identidad étnica y cultural, que han logrado preservar mediante un proceso de reconstitución periódica y de adaptación a los nuevos contextos a que se han enfrentado. Su historia es una proeza de sobrevivencia colectiva.

Material tomado de: La memoria enclaustrada. Historia de los pueblos indígena de Yucatán, 1750-1915. Bracamonte Pedro, México 1994 ISBN 968-496-262-2 (Volumen) 968-496-259-2 (obra completa) 

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