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DZIBANCHÉ

15.08.2010 19:53

 

  Dzibanché

El nombre original del asentamiento se desconoce, y el de Dzibanché es el nombre con el que Thomas Gann bautizó al sitio durante su visita de 1927; significa literalmente "escritura sobre madera" y hace alusión al dintel de madera que aún se conserva en el Edificio VI.

Acerca del lugar y su nombre: El enorme asentamiento conocido como Dzibanché ocupa una extensión de poco más de 40 kilómetros cuadrados dentro de la que se localizan diversos conjuntos arquitectónicos de enorme monumentalidad y calidad constructiva.

Dirección y vías de acceso: Se localiza 81 kilómetros al noroeste de la ciudad de Chetumal. Se accede a él siguiendo la carretera federal 186 Chetumal - Escárcega y en el kilómetro 58 debe tomarse la desviación de 14 kilómetros que conduce al poblado de Morocoy; al llegar a este poblado, continuar 2 kilómetros por el camino que va hacia San Pedro Peralta y doblar a la izquierda en el punto marcado por los señalamientos. El camino de terracería de 7 kilómetros que parte de este punto, conduce directamente al sitio.

Breve historia del sitio: Aunque faltan muchos años de exploraciones en el sitio antes de comprender su funcionamiento interno y sus relaciones intercomunitarias, puede decirse que seguramente habría sido fundado hacia 200 a.n.e., cuando se habrían edificado diversas plataformas y construcciones de material perecedero. Es a partir del clásico temprano (200 d.n.e.), que Dzibanché se convierte en una gran ciudad y se inicia el desarrollo de los enormes proyectos constructivos que hoy pueden verse. A esta época corresponden la Acrópolis del Conjunto Kinichná, el Edificio I o Templo del Búho y la primera etapa constructiva del Edificio II o Templo de los Cormoranes, por citar los más importantes. Durante el clásico tardío (600 - 800 d.n.e.), termina la etapa de construcción de enormes templos - basamentos de función ceremonial, pero por el contrario se produce una enorme expansión del asentamiento, a través de la edificación de una gran cantidad de edificios públicos, palacios y casas agrupados en torno a barrios que posiblemente tuvieron implicaciones económicas y productivas. La arquitectura agrícola, manifestada a través de numerosas obras de acondicionamiento y modificación del paisaje, también muestra un desarrollo importante, que evidentemente se asocia al crecimiento poblacional sin precedente que atestiguó Dzibanché en aquel tiempo. Posterior al fin del clásico terminal (ca. 1000 d.n.e.) parece haberse producido un periodo de ruptura y desintegración sociopolítica en la zona, que habría ocasionado el cese de las obras arquitectónicas en el sitio y su posterior abandono parcial. Después de 1200 d.n.e., la población incorporada a un patrón disperso y ruralizado, establece sus casas en el espacio de las antiguas plazas y desmantela algunos edificios para aprovechar sus materiales constructivos. Para los siglos XV y XVI, los habitantes de Dzibanché únicamente acudían a los templos en ruinas para depositar ofrendas y realizar ceremonias a los antepasados.

Principales estructuras: Como se mencionó anteriormente, el asentamiento prehispánico está constituido por cuatro grupos arquitectónicos: Tutil, Lamay, Kinichná y Dzibanché, de los cuales sólo los dos últimos han sido parcialmente explorados y pueden ser visitados. El recorrido por el conjunto Dzibanché inicia con el Edificio VI o templo de los Dinteles, un edificio relativamente aislado, cuya primera etapa constructiva conserva un basamento con cuerpos ornamentados con un diseño de talud y tablero similares a los construidos en Teotihuacan en esos tiempos. En la porción superior puede verse un templo bien conservado, y correspondiente a la segunda etapa constructiva, en el que se destaca un dintel de madera con la fecha 554 d.n.e.

Continuando el recorrido se llega hasta la Plaza Gann, nombrada así en recuerdo del primer visitante académico al sitio. En esta zona se conservan una serie de edificios de diversas funciones y temporalidad, entre los que por supuesto destaca el Edificio II o Templo de los Cormoranes, que es un gran basamento de planta cuadrangular sobre el que se encuentra un templo de excepcional altura y estrechez, complementado por unos pequeños tapancos en sus extremos; sobre este templo pueden apreciarse los restos de una crestería que en su tiempo habría estado estucada y profusamente decorada. Es interesante señalar que en el interior del basamento se encontró un sistema de tres cámaras abovedadas, una de las cuales resguardaba los restos de un personaje de alto status, acompañado por una ofrenda que incluía diversas piezas de cerámica, entre ellas, el vaso polícromo que da nombre al edificio, así como una máscara de jadeíta y diversos ornamentos del mismo material.

Complementando la distribución de la Plaza Gann se encuentran las estructuras 10, 11, 12 y 14, que corresponden a edificios residenciales construidos durante el clásico tardío y terminal (600 - 1000 d.n.e.), así como el Edificio 13 o Templo de los Cautivos, donde se encontró un basamento con varias etapas constructivas (la primera del clásico temprano) en el que destaca una escalera construida hacia 850 - 1000 y en la que se emplearon grandes bloques de piedra desmontados de otra estructura más antigua (el clásico temprano). Estos bloques están grabados con diversas representaciones de cautivos acompañados de textos glíficos que hacen referencia a los nombres de los personajes, así como a un enfrentamiento bélico que aparentemente habría tenido Dzibanché como Calakmul.

El arreglo de la plaza se complementa con el Edificio 16 o Templo de los Tucanes, que es también un edificio con una larga secuencia constructiva, en el que destaca la arquitectura del clásico temprano y las posteriores renovaciones que se le hicieron.

Caminando hacia el extremo noreste de la Plaza Gann puede accederse a la Plaza Xibalbá, que funcionó como el centro principal de la ciudad desde tiempos muy tempranos. Es posible que el trazo original de la plaza corresponda al preclásico tardío (ca. 200 d.n.e.). La estructura principal de la plaza es el edificio I o Templo del Búho, que es una construcción con al menos tres etapas constructivas; la más notable muestra las típicas molduras en delantal características del clásico temprano. En la porción superior del basamento se encuentra un templo de una sola crujía y equipado con una banqueta.

Durante la exploración de este edificio se localizó una escalera interna que conduce a una cámara que contenía los restos de una mujer de alto status, acompañada de una notable ofrenda con diversos objetos, entre los que destaca una pieza de cerámica con la representación de un búho (que da nombre al edificio), una pieza de alabastro con la imagen de un mono, así como una excepcional concha que muestra a un personaje sentado sobre un trono, y adornado con incrustaciones de jade, acerina, pirita y concha nácar.

La Plaza Xibalbá se complementa con dos palacios, denominados norte y sur, cada uno de los cuales cuenta con nueve vanos o accesos, que posiblemente hagan alusión a los nueve niveles del Inframundo.

El segundo conjunto que puede ser visitado es el de Kinichná, nombrado así por Thomas Gann a partir de un elemento en estuco con la representación del glifo Kin (sol o día), que se conserva en la parte posterior de la Acrópolis. Este conjunto se encuentra 2 kilómetros al norte del Conjunto Principal y se distingue por una Acrópolis monumental de tres niveles y diversos templos distribuidos con el arreglo tripartita característico de la arquitectura del clásico temprano. A la fecha han sido explorados los templos de los tres niveles, quedando sólo por ser intervenido el basamento del primer nivel. Aunque se detectaron algunos saqueos, en el interior de estos edificios se recuperaron importantes ofrendas y entierros que documentan la importancia simbólica y ritual de este complejo arquitectónico.

La Acrópolis de Kinichná se complementa con una serie de edificios bajos alrededor de una plaza, que posiblemente funcionaron como plataformas para templos menores, o bien como edificios de función habitacional.

Datos generales: Por ser posiblemente el sitio más importante del sur de Quintana Roo, la visita a Dzibanché resulta fundamental para conocer más acerca de la importancia de los sistemas políticos mayas y el desarrollo arquitectónico y urbanístico que habrían alcanzado desde épocas muy tempranas. La cuota de acceso es de $16.00 y el horario de visita de 08:00 a 17:00 horas de lunes a domingo. El pago de la cuota de acceso al conjunto Principal incluye también el de la visita al Conjunto Kinichná.

Servicios que se ofrecen: El sitio cuenta con una unidad de servicios con estacionamiento, sanitarios y un área de expedición de boletos. En la ciudad de Chetumal pueden contratarse los servicios de guías certificados, que ofrecen sus servicios durante las horas de visita.

  

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