■ El INAH desarrolla proyecto de arqueología subacuática en el Caribe mexicano
Descubren más de un centenar de osamentas humanas en cenotes
■ Se remontan a la época prehistórica, y la más antigua, hallada en una cueva, tiene 13 mil años, informa Carmen Rojas a La Jornada
■ Todos los esqueletos son de hombres, especifica
Ampliar la imagen Labores de buceo en una cueva, en busca de milenarios vestigios prehistóricos y mayas Foto: cortesía del INAH
En los meses recientes, más de un centenar de esqueletos humanos que estaban en cenotes y cuevas bajo el agua fueron descubiertos, en varios puntos del Caribe mexicano, por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Las osamentas se remontan a la época prehistórica y maya, y se estima que tienen una antigüedad de más de 13 mil años.
“Estas evidencias en la actual área maya revela que en ese lugar se encuentra uno de los esqueletos más antiguos –de 13 ubicados hasta ahora con ese fechamiento– en el continente americano”, explicó a La Jornada Carmen Rojas Sandoval, quien realiza esta ardua labor de investigación de arqueología subacuática a 30 metro bajo el mar.
La arqueóloga Rojas Sandoval es la encargada del proyecto Cementerios acuáticos mayas, y ha explorado las cavernas submarinas del área de Tulum, donde junto con un equipo multidisciplinario han hallado indicios de la presencia humana. El área de exploración abarca Playa del Carmen y Tulum, en Quintana Roo, y el sur de Yucatán.
En el proyecto participa una veintena de especialistas, dotados con el equipo necesario de buceo, cuerdas, poleas, arneses y tripiés. También son necesarias varias luces para poder ver en la oscuridad, así como cámaras de video y de fotografía.
Extenuante labor
Para el equipo de expertos, el trabajo de investigación es extenuante, pero satisfactorio. En ocasiones bucear implica sumergirse hasta dos horas y media, para contar con tan sólo 15 minutos de observación directa tras el descenso de un kilómetro.
“Hasta la fecha –explicó Carmen Rojas– hemos registrado 22 sitios de este tipo en el Atlas nacional de arqueología y agrupamos los hallazgos en tres conjuntos: el poblamiento prehistórico, las cuevas sumergidas-cementerios acuáticos y las evidencias coloniales.”
Durante las investigaciones en las cuevas, dijo, “recolectamos tres esqueletos humanos, el más antiguo con más de 13 mil años y otros dos de 10 mil años; además, se han detectado restos de animales, como caballos, gonfoterios –de la familia de los elefantes y mamuts–, zorros, conejos, camélidos y gliptodontes (armadillos gigantes, especie extinguida).
“Las cuevas, ahora sumergidas, estaban secas hace 10 mil años y debido al deshielo quedaron cubiertas de agua.”
Esas cuevas fueron utilizadas para hacer depósitos funerarios y en ellas también fueron descubiertos restos de carbono provenientes de fogatas realizadas hace miles de años.
“Además, hemos encontrado restos de animales que nos han aportado datos sobre las características geográficas, como el hecho de que entonces hubiera praderas, muy parecidas a las sabanas africanas.
“Sin duda, todos estos elementos aportan información sobre evidencias premayas y del poblamiento temprano-prehistórico en esta región”, puntualizó.
Víctimas de la guerra
Respecto de la civilización maya, Carmen Rojas explicó que tan sólo en un cenote fueron descubiertos más de 100 esqueletos con deformaciones craneanas, pero sin rastros de sacrificio humano.
El proyecto “ha arrojado evidencias de suma importancia y se infiere que el centenar de esqueletos humanos hallados en el cenote no fueron víctimas sacrificiales, sino de guerra”.
Otra de las hipótesis sería la causa de mortalidad, debido a catástrofes naturales y epidemias o por quienes perdieron en el juego de pelota.
“Destaca el hecho de que no ha sido descubierta ninguna mujer, pese a que todos los restos son de un mismo grupo étnico.”
También en los cenotes han sido detectados restos de lítica, cerámica, fragmentos de vasijas y huesos de animales.
Por último, se han descubierto vestigios de la época colonial como rifles del siglo XVIII, más de 150 fusiles de chispa, bayonetas, un cañón y su carrito (cureña), utilizados en la Guerra de Castas.
En la investigación participan arqueólogos, paleontólogos, antropólogos y geólogos, entre otros especialistas; además de que se ha tenido el apoyo del INAH y el patrocinio de Discovery Channel; la BBC, de Gran Bretaña; NHK, de Japón, y National Geographic.
Asimismo, Carmen Rojas subrayó que el saqueo hormiga dificulta develar los misterios de esos lugares acuáticos. “Hay quien no resiste la tentación de llevarse recuerditos del mar y en ese afán nos deja sin información”.
La experta sugiere a los buzos que reporten los hallazgos, no toquen ni destruyan las evidencias en cuevas y cenotes, “porque a veces el objeto más pequeñito podría datar de 10 mil años”