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ATLAS DE LA DIVERSIDAD RELIGIOSA EN MÉXICO. Universidad de Quintana Roo et allius
17.10.2010 20:353n Las reglas del método sociológico1, Emile Durkheim seaime Preciado Coronado: Universidad de Guadalajara, Guadalajara, México, núm. 30, mayo-agosto 2009, pp. 172-177enée de la Torre y Cristina Gutiérrez Zúñiga (coords.),El suicidio2, Durkheim aportará nuevosEmile Durkheim, Las reglas del método sociológico,Emile Durkheim, El suicidio, Akal, Madrid,173Desacatos reseñasantropogeographie3 contribuirá. Los trabajos aquí reunidosFriedrich Ratzel, Las razas humanas, dos tomos,Peregrinos a Chalma, s.f.3Desacatos mayo-agosto 2009Atlas aporta, además, un enfoqueAtlasAtlas se combinan la búsquedaLes trois(1995)4, aborda la complejaAtlas de la diversidadse propone un doble5: primero, el de las escalas,Hervé Le Bras, Les trois France, Odile Jacob,Peter Taylor, Geografía política: economíamundo,, 2ª ed., Trama,175Desacatos reseñasAtlas resaltan los aspectosen Estados Unidos, pero su crecimientoNew Age, categoríasAtlasDesacatos mayo-agosto 2009AtlasAtlas se subrayaEl almanaque6: “De acuerdoSergio Aguayo, El almanaque mexicano, 2008,Danzantes (detalle), s.f.177Desacatos reseñasdisipa temores sobre las amenazasAtlas explica que el crecimientoNew Age, se ubica entre lasAtlas dentro del marco de la
Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Preciado Coronado, Jaime
Reseña de "Atlas de la diversidad religiosa en México" de Renée de la Torre y Cristina
Gutiérrez Zúñiga (coords.)
Desacatos, Núm. 30, mayo-agosto, 2009, pp. 172-177
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social
México
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en Antropología Social
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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
172
E
(1895)
constituye en uno de los analistas pioneros
de las relaciones entre espacio y
sociedad. Una de sus propuestas centrales
será la morfología social, que
The Interdisciplinary Sociospatial Study of Religious Diversity
J
japreco@hotmail.com
Desacatos
R
2007
Atlas de la diversidad religiosa en
México
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología
Social; El Colegio de Jalisco; El Colegio de la Frontera Norte; El
Colegio de Michoacán; Universidad de Quintana Roo; Subsecretaría
de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de
Gobernación; Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, México.
El estudio interdisciplinario
socioespacial de la diversidad religiosa
Jaime Preciado Coronado
entiende el espacio como sustrato de
la vida colectiva; así, la forma y distribución
de grupos sobre el territorio, su
hábitat, sus vínculos y comunicaciones,
forman la matriz de la “fisiología
social” con la que explica la génesis y
el funcionamiento de las instituciones,
a las que ubica como fuente de transformación
de la sociología.
Posteriormente, con
(1897)
elementos para el análisis socioespacial,
pues establece como hecho social
un fenómeno propiamente
individual, ya que éste da cuenta del
“estado moral” de una sociedad, en
el que las religiones detentan las variables
explicativas y cuyo comportamiento
en las regiones estudiadas
es heterogéneo. Católicos, protestantes
y judíos optan por el suicidio
1
Morata, Madrid, 1993.
2
1976.
4
mayo-agosto 2009
en proporciones diferentes con respecto
a cada religión y su manifestación
espacial muestra también
ciertas regularidades, que configuran
el mapa de las regiones francesas
de la época.
Grupos, instituciones, sujetos,
conforman una lógica socioespacial
que encuentra en las religiones, según
Durkheim, el fenómeno social
elemental del cual se derivan los demás.
Esta conclusión se inscribe en
un debate de época entre lo sagrado
y lo profano, el individuo y la sociedad,
cuyas diferencias y contrastes
socioespaciales van documentando
otras disciplinas, como la antropología
—con Marcel Mauss a la cabeza—,
que está descubriendo la
multiplicidad de sujetos en culturas
y civilizaciones diferentes de la occidental.
A la par, la
de Friedrich Ratzel (1882)
al interés por esta diversidad
étnica, cultural y religiosa, al vincularla
con la geopolítica, que interroga
paralelamente la relación entre espacio
geográfico, sociedad y Estado.
La actualización de esos añejos
debates en torno a los estudios socioespaciales
en las ciencias sociales
es un primer aporte que destaco del
Atlas de la diversidad religiosa en
México
enriquecen la comprensión de una
sociedad cada vez más diferenciada
internamente, no sólo por la desigual
distribución demográfica y
económica con la que se distinguían
tradicionalmente los grupos sociales
en el territorio, sino además por el
énfasis cultural que implican los estudios
sobre religión y, en particular,
sobre la diversidad religiosa, un
campo de conocimiento con fuertes
raíces en el pasado que cobra actualmente,
por el auge de religiones no
católicas en nuestro país, una renovada
pertinencia.
Las coordinadoras de esta obra,
en su “Introducción”, se deslindan
de las sociologías de la religión de
inspiración anglosajona a causa de
su carácter simplificador, que asimila
linealmente el cambio religioso
como efecto de la transformación
económica que supone la modernidad
capitalista. Max Weber y su
apuesta secularizadora encerrada en
la privatización de la esfera religiosa,
provocada por el “desencantamiento
3
Montaner
y Simón Editores, Barcelona,
1888-1889.
Jean Charlot,
174
reseñas
del mundo”, son contradichos precisamente
por la diversidad religiosa
que crece y se reproduce en México,
como lo documenta y comprueba
esta obra.
El pluralismo religioso constatado
en el
teórico que supera esas limitaciones,
al resaltar las características
socioespaciales de esa diversidad religiosa
que persiste y crece, pues las
y los autores encontraron que las
teorías de la secularización no hallaron
eco en América Latina, donde se
mantiene y reproduce, bajo patrones
sincréticos, el fervor y la religiosidad
popular. En sus regiones y
naciones pueden verse singularidades
como la teología de la liberación,
elaborada por comunidades
eclesiales de base católicas y algunas
protestantes, a la par de estrategias
de expansión misioneras de todas
las iglesias supeditadas a pautas
geopolíticas para lograr su implantación
o crecimiento, pues las instituciones
religiosas no son ajenas a
los temas del desarrollo, como la
pobreza, la salud, la vivienda o los
servicios públicos.
La diversidad religiosa abarca espacios
donde lo público y lo privado
se superponen, por lo que las coordinadoras
del amplio equipo interdisciplinario
que produjo el
proponen no abandonar la relación
entre modernidad capitalista y cambio
religioso, pero sí eliminar la concepción
lineal que opone tradición y
progreso. Se acercan así a enfoques
abiertos a la indeterminación, la
multidireccionalidad e imprevisibilidad,
que autores como Gilberto
Giménez han utilizado en las ciencias
sociales latinoamericanas, los
cuales pueden dar cuenta de la dinámica
interacción entre el cambio
religioso, los procesos socioculturales
y el carácter excluyente de la supuesta
modernidad capitalista.
Diversidad, heterogeneidad, continuidad-
discontinuidad, multicausalidad
del fenómeno religioso, son
acertadamente analizadas bajo el
formato de un atlas geográfico, cuya
orientación teórico-metodológica es
también una aportación a las ciencias
sociales, particularmente en el
campo del análisis socioespacial. En
este
de exhaustividad que esos trabajos
suponen con los estudios de caso
que muestran la riqueza de lo concreto,
lo cual corrige y orienta el
enfoque original.
Hervé le Bras, en su libro
France
relación entre religión, familia y Estado,
bajo una metodología similar
que combina atlas y ensayo (y que a
la francesa puede equivaler al estudio
de caso), en la que: “Dentro del
ensayo, los hechos singulares, los
acercamientos brillantes e inesperados
esconden a menudo un relajamiento
de la comprobación”
mientras que el atlas “sería inadecuado
por las razones contrarias.
Mostrando solamente, no demuestran
nada. Pasada la fascinación que
ejercen, la mayor parte de los atlas
parecen inútiles y gratuitos”.
Acertadamente, el
religiosa
esfuerzo: por un lado, revaloriza
las fuentes censales mexicanas de los
últimos cincuenta años, las critica y
las reorganiza con un rigor metodológico
selectivo que permite (re)interpretar
los datos ofrecidos en la
escala nacional, estatal y municipal
y, por otro lado, selecciona e investiga
aquellos casos sugeridos por un
acucioso estado del arte sobre los
estudios de las religiones en México
y Latinoamérica, además de reinterpretar
los estudios de caso existentes
de acuerdo con los intereses de la
investigación sobre la diversidad religiosa
en México.
Se produce así un atlas que es
sensible a las tendencias recientes de
los estudios socioespaciales propuestos
desde una nueva geografía,
la cual aborda tres procesos imbricados
entre sí
que van de la local, que
corresponde a la experiencia vivida,
y la nacional, que es la de las ideologías,
a la mundial, que es la realidad
“rebelde” de lo macro; segundo, el
del poder, que implica las jerarquías
entre centro y periferia, así como
sus combinaciones: el centro en la
periferia y la periferia en el centro
(que son complementarias al concepto
de “semi-periferia” propuesto
por Wallerstein); y tercero, los procesos
históricos socioculturales.
Implícitamente, la obra incorpora
esta estructura tripartita y se divide
4
París, 1995.
5
Estado-nación y localidad
Madrid, 2003.
4
mayo-agosto 2009
en tres partes. La primera parte,
“Descripción de la diversidad religiosa”,
que hace un recuento exhaustivo
de las distintas iglesias y
denominaciones que contienen los
censos de las últimas cinco décadas
en los agrupamientos censales nacionales,
estatales, municipales y,
cuando es pertinente, en las áreas
geoestadísticas básicas. La segunda
parte, “Factores del cambio religioso”,
aborda los rostros económicos,
étnicos, y la movilidad geográfica de
las modalidades religiosas, así como
el papel de la urbanización en el
cambio religioso. En la tercera par-
te se recogen los “Acercamientos
monográficos”, que se elaboraron
expresamente para seis casos considerados
como representativos de la
diversidad religiosa en distintas regiones.
En las “Conclusiones”, las coordinadoras
del
que comprueban las hipótesis de
partida, lo cual no agota, evidentemente,
la riqueza del análisis y de
los aportes del conjunto del libro.
La diversidad y el cambio religioso
en México pasan por el análisis
del declive relativo de la hegemonía
católica y la presencia de lo no católico
en el país y sus regiones. La primacía
del catolicismo ha descendido
en algunos estados, pero lo católico
sigue siendo mayoritario. En Guanajuato,
97 de cada 100 personas
son católicas, mientras que en el
otro extremo, en Chiapas, 68% es
católica. Los estados del sur mexicano
son más proclives a la diversificación
religiosa, seguidos por los
estados fronterizos del norte. Las regiones
centro y centro-occidente de
México se reafirman como el núcleo
duro del catolicismo.
En la década de 1980 empieza el
declive católico en las regiones sureñas,
al igual que en aquellas donde
es mayor el índice de marginación
y en las periferias pobres de las
grandes ciudades. Es ahí donde se
da un mayor incremento de quienes
optan por una religión distinta a la
católica, aunque también se incrementan
los “sin religión”, por la presencia
en esas regiones de religiones
étnicas ancestrales, las cuales se esconden
en esa categoría censal.
El incremento de otras opciones
religiosas se da principalmente a
favor de los evangélicos, pentecostales,
bíblicos no evangélicos y protestantes
históricos, que tienen
iglesias fuertemente consolidadas, a
la par de pequeñas sectas o iglesias
domésticas atomizadas en el territorio
nacional. Las religiones diversas
consolidadas provienen de una ola
adventista de principios del siglo
XIX
en México ha sido heterogéneo.
Mientras que los testigos de
Jehová cuentan con el mayor porcentaje
de adeptos en México y Latinoamérica,
respecto al resto del
mundo, y están presentes en 90%
de los municipios mexicanos, los
adventistas son la única minoría
religiosa con propensión a crear regiones
donde son hegemónicos,
como sucede en varios municipios
de Chiapas, Veracruz, Tabasco, y en
Chetumal, en Quintana Roo. Municipios
que comparten marginalidad,
ruralidad y etnicidad.
Los mormones concentran sus
adeptos en ciudades medias y grandes,
sobre todo en la frontera norte,
y su feligresía goza de mejor posición
económica y educativa, en comparación
con la media nacional. Las
iglesias protestantes históricas sí
muestran aquí dinamismo y crecimiento,
contrariamente a otros
análisis, y siguen aumentando su
influencia en medios urbanos empobrecidos.
La Luz del Mundo es la
iglesia evangélica más importante
en México, en relación con su feligresía
mundial, pero no la más
fuerte en el territorio nacional; concentra
sus principales adeptos en
Guadalajara, Jalisco y Veracruz.
En contraste con Brasil, donde el
cambio religioso es protagonizado
por megaiglesias nacionales que responden
al modelo de empresas de
proselitismo arraigadas en los medios
electrónicos de comunicación,
estas iglesias “electrónicas” no han
prosperado en México, donde se
impide la propiedad de medios de
comunicación a las asociaciones religiosas.
Estas iglesias que hacen
proselitismo en la televisión por cable
coexisten, entonces, con una
población indígena que practica “el
costumbre” y otras manifestaciones
religiosas ancestrales que no han sido
cabalmente evangelizadas, o con
grupos de creyentes
que son ambiguamente clasificadas
en los censos nacionales bajo
el rubro de “sin religión”.
El análisis demográfico del
concluye que las mujeres son más
proclives que los hombres a optar
por una religión no católica. El gru176
3
reseñas
po de edad más dinámico en el
cambio religioso es el de 15 a 44
años, justo en la etapa reproductiva,
al inicio del ciclo doméstico; es decir,
una franja de población que potenciará
el crecimiento futuro de la
diversidad religiosa. Sólo la Luz del
Mundo conforma hogares monoreligiosos,
con un nivel semejante al
de los hogares católicos. En todas las
religiones estudiadas predomina el
papel misionero de la mujer, por su
flexibilidad de horarios y su organización,
de ahí que esas comunidades
religiosas ofrezcan la reconstrucción
de nuevas redes de apoyo y solidaridad
que amplían el sentido de
familia espiritual.
Se achaca a los protestantes, de
manera equivocada, una cultura laboral
apta para el mercado flexible,
por su proclividad al trabajo por
cuenta propia. Sin embargo, al menos
la mitad, a veces dos tercios de
estos creyentes son asalariados; sólo
entre los protestantes históricos hay
porcentajes importantes de adeptos
que trabajan por su cuenta.
En sus variables étnicas, el
muestra que dos de cada diez pentecostales
hablan alguna lengua indígena
y que todos los grupos étnicos
del país, sin excepción, muestran
una tendencia interna a cambiar de
religión a lo largo de las dos últimas
décadas. Hay una razón organizacional
que proviene del dinamismo del
Instituto Lingüístico de Verano, cuya
labor implicó a misioneros indígenas
que operaron, sincréticamente,
la conversión al protestantismo. La
presencia del pentecostalismo es
mayor entre los grupos indígenas,
ya que alcanza 19% de esta población,
el triple del promedio nacional.
Los estados con más alto porcentaje
de población no cristiana entre los
indígenas son Chiapas, Oaxaca y la
península maya.
En las zonas indígenas tzeltales y
kanjobales el catolicismo es minoría
religiosa, pero así como se observan
tendencias de cambio religioso,
también se encuentran resistencias
frente a ofertas religiosas, como lo
muestran los altos índices de “sin
religión” entre los huicholes, tepehuanos,
popolucas, tarahumaras o
kanjobales, donde este índice alcanza
hasta un cuarto de la población
total. Asimismo, varios grupos indígenas
registran altos porcentajes de
católicos en espacios donde no crece
la población no católica, pero donde
coexisten lo católico y las religiones
nativistas ancestrales.
En esta parte del
la apuesta ética de las y los autores:
el respeto y la comprensión objetiva
de la diversidad religiosa. Como
Sergio Aguayo señala en
mexicano, 2008
con una encuesta de opinión de
2005, sólo 83% de la población se
considera católica. Si el censo de
2010 confirma la cifra, seguirá la
pérdida de influencia de la iglesia
católica […] la diversidad también
6
Aguilar, México, 2007.
Fernando Leal,
4
mayo-agosto 2009
llegó a las regiones”. Lúcidamente, el
Atlas
que representa el crecimiento
protestante entre los indígenas, sobre
la pérdida de identidad de los
pueblos, de su cultura tradicional y
de sus costumbres étnicas, pues en
la parte monográfica se demuestra
que las fiestas religiosas preservan la
memoria y que persiste la resistencia
étnica cultural, que logra una mayor
autonomía de sus iglesias locales, en
las que se resemantizan los principios
religiosos, de los cuales hacen
un uso popular y sincrético. Los
más abiertos a la diversidad religiosa
son los indígenas.
Respecto a la variable económica,
el
evangélico y protestante se da en los
márgenes del desarrollo económico
y urbano. Es en las fronteras sur y
norte, y en las periferias urbanas
y rurales donde se concentra el incremento
de poblaciones no católicas.
La concentración de las minorías no
católicas se da en los más bajos niveles
de bienestar económico. Adventistas,
protestantes históricos y
pentecostales tienen mayor presencia
en estratos económicos inferiores.
Los testigos de Jehová están más
próximos a la media económica nacional
y católica; los mormones y
otras iglesias evangélicas presentan
niveles más altos que el promedio
nacional, pero ningún grupo religioso
que crezca, salvo los orientalistas
o
clases altas.
Sinónimo de ingreso a condiciones
de vida moderna, la urbanización
es un escenario del cambio
religioso, particularmente en sus
periferias urbanas, lugares donde
campa la desregulación y la informalidad,
y donde crecen protestantes,
paraprotestantes y pentecostales.
Sin embargo, las ciudades mexicanas
no alcanzan las mismas proporciones
de diversidad religiosa que
sus pares latinoamericanas. Lo más
cercano a esas dinámicas se da en
ciudades fronterizas y turísticas del
sureste mexicano, que están expuestas
a flujos migratorios, o en algunas
ciudades fronterizas del norte, como
es el caso de Tijuana, analizado en el
libro, donde hubo una temprana
transnacionalización de esas economías
urbanas. Frente a la polarización
en condiciones de trabajo y de
vida, el cambio religioso influye sobre
el poder político local en la
construcción del espacio urbano.
Otro elemento de análisis, la migración,
revela que el alejamiento de
los controles comunitarios y el contacto
con nuevos entornos en los
que se registra una pluralidad religiosa
más añeja abren posibilidades
de cambio religioso. Sin embargo,
paradójicamente, los estados de mayor
migración de larga data son los
que tienen el menor nivel de cambio
de adscripción religiosa. En refuerzo
de ello, las remesas han revitalizado
las fiestas patronales locales, a la par
que fortalecen lazos comunitarios
transnacionales en las prácticas religiosas,
los cuales repercuten en la
transformación identitaria de la comunidad
de destino. Son las migraciones
internas las que plantean
mayores conflictos, pues en algunos
casos el cambio religioso que implica
reconstrucción comunitaria
desemboca en intolerancias y desplazamientos
poblacionales. Estos
cambios religiosos, en ocasiones,
provocan una migración forzosa
para las minorías, como se muestra
en el acercamiento monográfico de
Chiapas.
Cambio religioso, incremento de
la diversidad, características de las
minorías religiosas, son temas que
trata el
diversidad religiosa en México. Los
espacios de actuación de estos grupos
religiosos configuran complejos
territorios donde el concepto de región,
los contextos socioculturales
históricos y presentes y la articulación
entre la escala local y otras esferas
extra locales, la construcción
nacional misma, demandan un nuevo
desafío teórico y metodológico.
Este trabajo, coordinado por Renée
de la Torre y Cristina Gutiérrez
Zúñiga, en el que participan además
19 autores de siete instituciones que
atinadamente apoyaron la realización
de esta magna obra, reúne las
más modernas técnicas estadísticas
en un sistema de información georeferenciado,
que incluye un libro y
un disco compacto con un placentero
diseño, que hace de ellos, además
de objetos muy atractivos, una referencia
imprescindible para los estudios
sobre la religión en México y
Latinoamérica, así como una herramienta
hermenéutica que impulsa a
las ciencias sociales al reconocimiento
socioespacial interdisciplinario
de la diversidad religiosa.
Febrero 2008
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