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Los Huracanes, incertidumbre anual. Por Ignacio Herrera Muñoz, Cronista de Chetumal.

04.08.2010 00:58

Crónica Citadina

Por Ignacio A. Herrera Muñoz

Los huracanes… Incertidumbre anual.

Publicado el 2007-06-15. 

 

 

En la oscuridad del tiempo y como mudos testigos los vestigios prehispánicos y coloniales que permanecen en pie en toda la geografía de esta parte oriental de la península yucateca, particularmente en la planicie que ocupa el estado de Quintana Roo, del paso de numerosos ciclones o huracanes que llegaron dejando sentir toda su furia devastadora. Nuestros ancestros los míticos mayas que habitaron primeramente estos contornos y los españoles conquistadores seguramente presenciaron y soportaron la embestida furiosa de estos erráticos fenómenos.

 

 

 

La situación geográfica de Quintana Roo hace que los huracanes con mayor intensidad que provienen de las antillas menores lleguen a sus costas y atraviesen la península para continuar a veces en el Golfo de México.

 

 

 

En un principio quienes habitaron esta porción peninsular los denominaban ciclones; en la actualidad se han generalizado como huracanes, vocablo proveniente de los antiguos habitantes del Caribe.

 

 

 

En las crónicas de los conquistadores dejaron apuntes como descripciones de la presencia de estos fenómenos naturales; desde esas épocas remotas la historia de Quintana Roo va paralela con la presencia de estos fenómenos; así podemos atribuir que el mestizaje mexicano tuvo su origen por consecuencia de un ciclón ya que la expedición que realizaba Valdivia de Cuba a Panamá, fue sorprendida por una fuerte tormenta, ocasionando el naufragio de una de sus naves y entre la tripulación que sucumbe estaban Gonzalo Guerrero y Jerónimo de Aguilar, cuyas fuertes corrientes del Caribe lo llevan a las costas de Tulum donde fueron hechos prisioneros por los mayas.

 

 

 

También el conquistador español de Chactemal Alonso de Dávila que por órdenes del Adelantado Francisco de Montejo realizaba un viaje por tierra de la entonces Villa Real, la antigua ciudad maya Chactemal fue sorprendido en plena selva por un huracán mismo que describió en sus apuntes como un coloso ensordecedor con vientos incontenibles que arrasaban toda vegetación a su paso y hacían crecer la corriente de los ríos que atravesaban; así también en otras crónicas hay plasmadas la presencia de otros meteoros que causaron verdaderas tragedias al ser sorprendidos en alta mar.

 

 

 

Investigaciones y relatos de historiadores manifiestan que desde su fundación en Payo Obispo se tienen registros de ciclones, como los primeros pobladores les llamaban, uno en 1904, en 1916 este según datos del historiador Profr. Carlos S. Hoy llegó con brutal fuerza, causó graves daños y algunas muertes, se caracterizó por haber secado la bahía por varias horas… El que escribe esta crónica el primer ciclón que recuerda es el de 1942, quizá por ser primera vez que conocía lo que era un ciclón a pesar de mi corta edad (seis años) quedó grabado en mi mente… era como las siete de la noche cuando mi madre decidió trasladarnos al refugio; la escuela socialista “Belisario Domínguez” ahí nos esperaba mi padre que era responsable de él; emprendimos la marcha a pie por la calle Chapultepec que era la transitada, a mi me encomendó mi progenitora una bolsa de manta con colchas y sábanas; mi hermana mayor a cuestas llevaba a mi hermanita de dos años, mientras mi madre en su regazo llevaba a otro hermanito de apenas siete meses de nacido, quien por tal fuerte viento se pasó a asfixiar, por más que pedimos asilo con unos vecinos o no nos oyeron o simplemente no quisieron abrir…llegamos al refugio y ahí se oía el silbido del viento que conforme la noche pasaba se iban calmando; este huracán fue de mediana intensidad, causó destrozos más el ojo entró por el sur destruyó viviendas y uno de los primeros teatros el “Colonial”, algunos anotan que cobró algunas víctimas…lo que recuerdo es el entorno donde vivía que al regresar observé casas caídas y la nuestra semi destruida… Así mi niñez y juventud cada año la amenaza de estos viajeros…nos hacia ir dos o tres veces a los refugios ante el peligro de la llegada de alguno de ellos y la falta de comunicación veraz de su trayectoria pero en fin se tomaban las providencias…más algunos hacían caso omiso en ocasiones a las disposiciones de las autoridades…diciendo: “sólo es falsa alarma”….

 

 

 

Así transcurrieron los años y en los cincuenta empiezan a bautizarse los huracanes con nombres de mujeres…¿Cuál fue la razón?... según leí en una ocasión en una revista de selecciones… el motivo fue de que un joven piloto de EEUU de la flotilla de Caza huracanes, se le encomendó la misión de incursionar dentro de una tormenta para saber la intensidad de sus vientos y tamaño de su vértice; el piloto una noche antes se había peleado con su prometida…con esta preocupación emprendió la misión encomendada… estando dentro de la vorágine fue interceptado por la base…interrogándolo como encontraba la peligrosidad de ese huracán…sus pensamientos tal vez en ese momento estaban ocupados en su novia y al preguntarle los de la base como encontraba la conducta de aquel gigante de viento y agua… este respondió: “Oh… Ann está furiosa”… Así el primer huracán al que le ponen nombre fue ANN o ANA… Esto lo corroboré hace cinco años en un relato en WATER CHANEL o Canal del Tiempo, hicieron el mismo relato, por lo tanto no lo dice un servidor sino trasmite lo que leyó y escuchó…así en 1955 marcando el número cabalístico trece que eran los años transcurridos desde 1942, se formó el fatídico “Janet” etiquetado para Xcalak y Chetumal cuya trayectoria en ningún momento cambió; once días antes de su llegada Hilda había amenazado pero se desvió y azotó la zona centro.

 

 

 

Así el 27 de septiembre en la transición del 28 “Janet” azota la parte sur del estado que pasó primero sobre Xcalak causando numerosas muertes, arrancando el pintoresco e histórico puerto cuyas altas olas según descripciones hubo momentos que cubrieron toda la superficie habitada; es considerado un huracán gigante cuya fuerza de sus vientos alcanzaron más de doscientos kilómetros por hora y con un diámetro de ochocientos metros; el ojo cubrió a Chetumal y las fuertes marejadas arrasaron con el ochenta por ciento de las casas mayormente de madera, dejó un escenario dantesco de destrucción y muerte imborrable para los sobrevivientes de esa fatídica noche. En 1975 el 25 de agosto para se exactos una amenaza mas ingresa al sur de la entidad muy cerca de Chetumal, la tormenta tropical Cloe, no causa destrozos de consideración y se desvanece entre la frontera de México y Belice.

 

 

 

El 2 de septiembre de 1974, el huracán Carmen entra primero a Xcalak y después a Chetumal sus vientos considerados intensos causan la destrucción de muchas casas de madera, comercios, destruyendo la construcción de lo que era el cinema “Leona Vicario”; este dejó sentir la fuerza de un huracán que aterró a aquellos pobladores que deseaban conocer lo que constituye esos fenómenos tan temidos… seguramente que muchos quienes desconocen esos efectos en carne propia les gustaría vivir esa experiencia; si en esta parte sur hemos vivido diversas amenazas en estas épocas de esos viajeros fatídicos que se hacen presentes de junio a noviembre de cada año; como Herminia que el 22 de septiembre de 1980 llegó a esta parte sur pasando entre Corozal y Chetumal sin causar grandes daños y llegó con vientos de 120 kilómetros por hora más sus fuertes lluvias causaron algunos daños y escurrimientos en las poblaciones aladañas a la zona limítrofe.

 

 

 

Son innumerables los huracanes que su trayectoria inicial pusieron en jaque al estado y particularmente a esta capital pero creo que el que mayor terror causó a toda la costa quintanarroense fue el huracán asesino MITCH cuya amenaza perduró del 22 de octubre al 9 de noviembre de 1998, fue el número 13 de esa fatídica temporada y traía categoría cinco, tuvo como víctima a toda Centroamérica e ingresó a México causando daños y muertes en Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Tabasco… En Quintana Roo causó pánico…esta ciudad decían estaba sentenciada…los militares arribaron con dispensarios de emergencia entre los que se encontraban cientos de sacos para embolsar cadáveres… así de grave estuvo la situación…gracias a Dios solo fue un susto pero de los grandes…

 

 

 

Así en la vida de este estado al que el creador otorgó de bellezas incomparables; cada año existe la incertidumbre por la llegada de tormentas y huracanes; quienes forjaron esta ciudad seguramente estuvieron concientes que esta zozobra era inevitable como ahora nosotros lo comprobamos. Más son tiempos modernos y ante el avance tecnológico la trayectoria de un huracán se monitorea desde que nace… Tenemos cultura de huracanes más debemos estar concientes de que no podemos evitar la llegada de estos erráticos visitantes…pero si podemos evitar que ocasionen tragedias acudiendo a los refugios y siguiendo las instrucciones de las autoridades…que nos sirva de experiencia lo que sucedió en 1955…muchos pagaron con la vida su determinación de pretender soportar los terribles impactos de aquel asesino huracán como ya se había significado al dejar muertes a su paso por el Caribe, quienes se encerraron en sus casas sin ninguna seguridad…error que no debe volver a suceder.

 

 

 

Y como dice el título de esta crónica, la incertidumbre de este año está en inicio el todo poderoso nos libre de la llegada de alguno de esos destructores gigantes programados y de ser así protejamos nuestras vidas y las de los que dependen de nosotros como la de los semejantes…a Quintana Roo la naturaleza lo llenó de bellezas naturales exuberantes…pero como en todo siempre hay una cruz que cargar…en estos casos para quintanarroenses y chetumaleños…son cada año los huracanes…

 

 

 

 

 

 

 

Chetumal, Quintana Roo.

 

Junio de 2007.

 

Ignacio-herrera@hotamail.com 

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