DENSIDAD POBLACIONAL PENINSULAR. CONAPO

Si bien desde un punto de vista estrictamente territorial las tres entidades que conforman la península son grosso modo comparables en cuanto a su extensión, su densidad poblacional —vinculada tanto a características geográficas como a procesos históricos— es dispar desde hace buen tiempo. Para 1930, por hablar sólo de épocas modernas, Yucatán contaba con 380 096 habitantes, mientras que Campeche tenía 84 630 y Quintana Roo apenas rebasaba los 10 000. Hoy las distancias se han acortado: para 1995 Yucatán seguía a la cabeza (1 556 622), pero Quintana Roo se pobló a pasos agigantados, 703 536 habitantes en 1995, y Campeche pasó a ocupar el último sitio, con 642 516 pobladores.

En ese mismo 1995, frente a un promedio nacional de 46 habitantes por kilómetro cuadrado, la densidad era de 40, 17 y 12 respectivamente. Yucatán concentraba el 1.7 por ciento de la población total del país, Quintana Roo el 0.8 y Campeche un 0.7 por ciento. Nada extraño que entre las 32 jurisdicciones nacionales, Quintana Roo ocupase el 29º lugar y Campeche el 30º por lo que a aporte poblacional corresponde.

Es claro que en ambos casos buena parte de tal incremento obedece a la emigración, ya que en 1995 más de la cuarta parte de los pobladores de Campeche (25.6 por ciento) eran nacidos en otro estado del país y más de la mitad de los moradores de Quintana Roo (54.8 por ciento) habían nacido fuera del estado.

Como puede verse, hay relativa similitud en indicadores tales como las tasas de fecundidad y natalidad y en la esperanza de vida al nacer, pero los datos divergen en forma importante en cuanto a mortalidad atañe: la tasa general es más alta en Yucatán, la materna en Campeche y la edad promedio a la muerte se acorta de manera significativa en Quintana Roo. Ello está sin duda vinculado a las características económicas, ocupacionales, migratorias e, incluso, de violencia intencional o involuntaria susceptible de encontrar en los tres estados, acorde a la celeridad del supuesto desarrollo. No en balde los accidentes ocupan el primer lugar entre las causas de muerte en Quintana Roo, mientras que en el depauperado Yucatán rural hay gente que fallece por "deficiencias nutricionales", enfermedades infecciosas intestinales y hepatopatías vinculadas, sin duda, en muchos casos, con el galopante alcoholismo y esas mismas deficiencias nutricionales.

Destacan también las diferencias ya esbozadas en cuanto a las tasas de población inmigrante acumulada (6.1 en Yucatán, 19 en Campeche y 54.4 en Quintana Roo) y el obvio contraste con la emigrante, donde los yucatecos pasan a ocupar el primer lugar, triplicando casi a los quintanarroenses. Consecuencia también del fenómeno migratorio han de ser los índices de masculinidad y sobremortalidad masculina, más altos en Quintana Roo y Campeche.

En Quintana Roo la situación es similar, pues el 90 por ciento de la población estatal residía en un 7 por ciento de las 1 303 localidades censadas ( tres ciudades: Cancún, Chetumal y Cozumel, concentraban un 61.3 por ciento de los pobladores), mientras que el 10 por ciento restante se distribuía en el 93 por ciento de las poblaciones, cada una de ellas con menos de 500 habitantes. 

Yucatán, por su parte, cuenta con muchas más localidades (3 150), pero el patrón no difiere del que muestran sus vecinos: 92 por ciento de tales poblados tenía menos de 500 habitantes y agrupaban sólo 6 por ciento de la población. En el 8 por ciento restante de localidades se ubicaba un 94 por ciento del total estatal. Tan sólo Mérida, la capital, concentraba el 42.6 de la población del estado. 

CONAPO, Situación demográfica del estado de Campeche, Situación demográfica del estado de Quintana Roo, Situación demográfica del estado de Yucatán, los tres editados en México por el mismo Consejo, en 1996.

[ La población indígena ]

Con un 44.2 por ciento de su población mayor de 5 años hablante de alguna lengua indígena en 1990 y un 39.7 por ciento en 1995, Yucatán es el estado con mayor población hablante de lengua indígena (HLI) de todo el país. Los porcentajes de Quintana Roo, por su parte, fueron de 32.2 (1990) y 26.1 (1995), mientras que Campeche registró un 19 en la primera fecha y un 15.9 por ciento en la segunda. Dichas cifras, empero, ha de tomarse con precaución, ya que no implican necesariamente una disminución del número de indígenas, dado que 1) buena parte del crecimiento de Campeche y Quintana Roo fue por agregación externa, 2) una importante cantidad de los pobladores indígenas son menores de 5 años, lo cual los deja fuera de las consideraciones del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), y 3) la lengua, pese a ser un marcador privilegiado, no es el único criterio válido para calificar la etnicidad.

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